Técnica

No podíamos dejar de lado los aspectos técnicos...

El concepto de “técnica”  se entenderá en un sentido profundo, rebasando sus aspectos mecánicos. Se entenderá como “técnica” al conjunto de procedimientos que ayuden al estudiante a  afrontar las dificultades de interpretación sin un desgaste de energías excesivo, a la pericia y habilidad para usar estos procedimientos, a la capacidad de descubrir los problemas que impidan tocar correctamente un determinado pasaje musical y a la capacidad de encontrar la solución (ejercicios, recursos y material didáctico) que permita superar esos objetivos. Trataremos algunos aspectos físicos relacionados con la necesaria relajación para conseguir una adecuada ejecución musical, también como fuente de salud con el fin de evitar futuros problemas óseos y musculares.



Algunos de los problemas técnicos más comunes entre el alumnado que accede a estas enseñanzas son:
1- La rigidez del dedo 4 (meñique) de la mano izquierda.
2- Tensión y elevación del hombro derecho.
Nos preocupan estos problemas porque imposibilitan tocar de un modo relajado y con soltura. Estos defectos técnicos desembocan, en muchos casos, en algún tipo de dolencia a corto o a medio plazo.


La posición del bajo eléctrico en relación a nuestro cuerpo es muy importante. Una posición inadecuada del instrumento puede alterar la posición natural de nuestros hombros, brazos, muñecas y cuello; debemos, por lo tanto, encontrar una altura, inclinación y orientación adecuada. 

Ejercicio de posición sin el bajo:

Se trata de adoptar una posición relajada (en principio sin el bajo) con los dos hombros a la misma altura y los brazos caídos. Desde esta posición relajada, subiremos el antebrazo izquierdo (la mano con los dedos hacia arriba) formando un ángulo de poco menos de 90 grados, dejando el codo en la misma posición inicial (caído, sin separarlo del cuerpo). A la altura de la mano izquierda, y sin llevar el codo hacia detrás, debería quedar situado el mástil del bajo; por lo tanto, el mástil deberá formar en una línea divergente (hacia el clavijero) en relación a la línea recta formada por nuestros hombros. Con el brazo derecho probaremos un ejercicio parecido, pero esta vez dejaremos los dedos hacia abajo. En ambos casos debemos tener en cuenta no elevar los hombros.